EUTONÍA. Por Luis Del Blanco

Eutonía: Despertar el cuerpo, despertar a través del cuerpo

 

            Empecé a practicar eutonía, por casualidad, hace 32 años. Como probablemente te esté ocurriendo a ti ahora, la palabra eutonía, no tenía para mí ningún significado concreto, más allá de su referencia etimológica.

 

Lo cierto es que, al terminar el primer curso de fin de semana, la percepción de mi cuerpo, mi autopercepción global, había recibido una buena sacudida. Me sentía raro, incluso un poco mosqueado. Necesitaba más cursos de eutonía para tratar de enterarme de lo que me estaba pasando. Y así hasta ahora.

 

¿Porqué mi interés por la eutonía? Lo más importante de todo era que podía aplicar en la vida cotidiana sus principios que, practicándolos, aprendía en la sala de trabajo. La eutonía es una actitud que llevas contigo.

 

Había descubierto y vivía la eutonía como una “técnica” muy básica desde la que se podían desarrollar aplicaciones al movimiento, la música, el desarrollo de la creatividad, el desarrollo personal, la rehabilitación, etc. De alguna manera, con la práctica de la Eutonía, se produce una preparación básica del cuerpo, un “hacerle disponible” para cualquier tarea y, al mismo tiempo, la propia tarea de que se trate queda cualitativamente enriquecida.

 

La eutonía ha sido desarrollada por Gerda Alexander a partir de los años 40. Eutonía hace referencia a un equilibrio del tono, bien muscular, neurovegetativo o psíquico y persigue gestionar el tono desde el reposo absoluto al empleo máximo de la fuerza.

 

En el trabajo de eutonía, de una manera o de otra están presentes tres ideas básicas, algunas de ellas compartidas con otros trabajos de carácter consciente:

 

La conciencia del cuerpo: Tiene que ver con lo que se percibe del propio cuerpo. Proceso de darse cuenta de la globalidad del cuerpo, es decir no sólo del conjunto de nervios, músculos, huesos, etc., sino de la globalidad del ser humano como un todo indivisible, en el cual ninguna parte tiene sentido por sí misma sino con relación al todo.

 

La atención: Supone estar despierto, estar alerta, estar abierto las sensaciones, a los estímulos que llegan desde dentro y desde fuera de uno mismo.

           

La atención se orienta conscientemente hacia las sensaciones reales. Se evita la visualización. Es suave (también la atención se puede crispar) y va acompañada de una actitud de espera serena, cuando no aparece ninguna sensación.

 

La atención necesita de una aceptación de lo que aparece en este momento en mi cuerpo, de mantenerse a la espera y de no valorar ni juzgar las sensaciones que se presentan en un momento determinado

 

El tono: Característico del trabajo de eutonía es esta búsqueda consciente de la regulación tónica con todas sus implicaciones. Desde un punto de vista neurofisiológico, se puede definir el tono como el estado de tensión vital de base presente en todo organismo vivo.

 

                        El tono se encuentra presente en todo organismo vivo: sostiene la postura, la actividad y el comportamiento del individuo. El tono recibe numerosas influencias, tanto internas como externas.

 

            En general, las regulaciones tónicas no se perciben fácilmente, permanecen inconscientes y se efectúan de forma involuntaria

 

            En Eutonía el trabajo va dirigido a que la persona encuentre en cada momento y actividad el tono adecuado, no sólo el tono bajo, que tendría que ver con la relajación.

 

            Principios de trabajo:

 

            Resulta difícil explicar sobre texto los distintos principios de la eutonía que funcionan como “elementos técnicos” de este trabajo. Sin lugar a dudas se necesita un trabajo guiado en la sala para comprenderlos, mejor dicho, integrarlos en la conciencia para llevarlos a la vida cotidiana. A efectos de conocerlos someramente menciono los más importantes, con una brevísima explicación de los mismos.

 

            Los principios fundamentales son el “tacto consciente” y el “contacto consciente”:    En el tacto, abrimos conscientemente la piel a las sensaciones del exterior. La dirección de la atención es de fuera - adentro.

            El contacto, consiste en establecer una conexión, a más o menos distancia, entre nuestro cuerpo y su entorno y de modificar la relación yo-entorno por medio de una orientación precisa de la atención.

 

Otros principios igualmente importantes, y que en algunos casos no son sino desarrollos del principio del contacto consciente están relacionados con el trabajo de los huesos.

Se utilizan aquí los siguientes principios:

 

            El “microestiramiento” es un trabajo que se realiza sobre las articulaciones de los huesos. Es un movimiento muy sutil que requiere un tiempo de preparación habitando la zona articular donde queremos hacer el pequeño estiramiento. El resultado es un mínimo movimiento que apenas separa los huesos de una articulación y apenas es perceptible desde fuera.

 

            El “transporte consciente”: Si el contacto se aplica a una superficie resistente (suelo, pared, silla otra persona) la energía dirigida hacia el exterior es reenviada mediante reacción y transportada por el esqueleto. El “transporte” está relacionado con el reflejo de enderezamiento, tan importante en el mantenimiento de la postura.

 

            El movimiento supone uno de los elementos más importantes de la investigación de la Eutonía, que propone una reconquista del movimiento natural poniendo el acento en el funcionamiento tónico que se aprende a controlar antes y durante la acción. Se utilizan los siguientes principios:

 

            El estiramiento vital: Esta actividad espontánea responde a las necesidades del cuerpo. En el despertar asegura la transición entre el sueño y la acción, durante el día reequilibra el tono. Se acompaña frecuentemente de bostezos y de suspiros. El estiramiento se realiza con movimientos a partir de lo que le apetece al cuerpo en ese momento, sin cortar la respiración y explorando distintas formas de estirarse.

 

            Los Dibujos: Antes de que el cuerpo entre en movimiento, se produce una transformación interna del tono a partir del proyecto consciente o inconsciente del acto a realizar. El movimiento se efectúa con un proyecto de dirección, de trayecto en el espacio, por ello se denomina dibujo. El dibujo se efectúa a partir de un punto determinado del cuerpo. La conciencia de estos dos elementos (proyecto y punto desde el que sale el movimiento) se mantiene durante todo el movimiento.

 

            Los movimientos activo-pasivos: Son movimientos donde se alternan la actividad y la pasividad. Afectan la inervación motriz (estar activo o pasivo cuando lo decido. ). Los ejercicios de pasividad se dirigen a favorecer el dominio del control voluntario de la actividad neuromuscular. El “deslizamiento” de los huesos es un principio concreto que se basa en la presencia de los huesos, la pasividad y un empuje intencional de los mismos, sin llegar al movimiento, con efectos en zonas musculares profundas.

 

            Hasta ahora no he dicho nada de ejercicios concretos: no hay ejercicios estándar que producen tal o cual beneficio. Los beneficios en eutonía devienen del desarrollo de los principios en cualquier ejercicio desarrollado a partir de ellos.

 

            Para terminar quisiera enfatizar por un lado los beneficios globales de la eutonía en el desarrollo de la conciencia corporal y el conocimiento de uno mismo, en la sensación de bienestar físico y psíquico y en involucrar al ser entero en las acciones de la vida cotidiana. Por otro lado, la eutonía tiene un “inconveniente”; requiere continuidad en el trabajo que nos acompaña a lo largo de toda la vida, pues eutonía es más una actitud que una técnica de trabajo corporal. Personalmente me encuentro viviendo todavía este “inconveniente” en un proceso que va del cuerpo al alma.

 

 

Luis del Blanco

Psicopedagogo

Terapeuta psicocorporal.

Experto en Eutonía

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